Piel grasa

La piel grasa se caracteriza por poros visibles, una superficie brillante y es propensa a la aparición de puntos negros y granitos. Este tipo de piel tiende a ser brillante, especialmente en zonas como la frente, la nariz y la barbilla, debido al exceso de producción de sebo. 

Este tipo de piel puede presentar tanto granos superficiales como nódulos hormonales más profundos que pueden dejar cicatrices. La piel también puede mostrar signos de congestión, especialmente alrededor de la frente y la mandíbula, junto con otros problemas como poros dilatados, cicatrices y sensibilidad por la inflamación relacionada con el acné. A pesar de estos problemas, la piel grasa tiene la ventaja de envejecer más lentamente, manteniendo una textura flexible gracias a la hidratación natural que proporciona la grasa.

El cuidado de la piel grasa implica evitar los productos comedogénicos fuertes que pueden agravar la congestión. En su lugar, utilice humectantes y limpiadores ligeros y no comedogénicos que no desnaturalicen la piel. El uso regular de un limpiador sin espuma, un exfoliante suave y productos con alfahidroxiácidos o ácido salicílico ayudará a controlar el sebo y a limpiar los poros.

El cuidado regular de la piel, que incluye la doble limpieza y tratamientos específicos como peelings químicos y sérums con ingredientes activos como AHA y retinoides, es esencial para mantener una piel limpia y sana.